“ANUNNAKI – Mensajeros del Viento”, es la primera historia alternativa. Creada por la banda de rock brasileña Mensageiros do Vento, esta miniserie se basa en traducciones de antiguas tablillas de arcilla encontradas entre las ruinas de Sumer, posiblemente la cuna de la civilización humana. A continuación los 5 episodios y su explicación (Anunnaki – Mensajeros del Viento)
Los antiguos textos sumerios se refieren a los Anunnaki como “aquellos que descendieron del cielo”, una raza de seres extremadamente poderosos y avanzados que crearon a la humanidad hace cientos de miles de años. Según la historia, el duodécimo planeta, conocido como Nibiru, estaba poblado por humanoides muy similares a nosotros los humanos (Anunnaki – Mensajeros del Viento).
Después de que la vida en su mundo natal se viera amenazada por extensas erupciones volcánicas, las tensiones dentro de su sociedad se convirtieron en un peligro tan grande como los propios volcanes. Un grupo de exploradores es enviado en una misión de búsqueda a todo el Sistema Solar, con la esperanza de encontrar la cura para su mundo moribundo. La fortuna les sonrió y los Anunnaki encontraron la Tierra, o como la llamaban, Ki. Aquí, el aire era respirable, el clima era precioso y abundaban los recursos. Especialmente oro.
Cuando Nibiru se acercó a la órbita de la Tierra, aproximadamente 432.000 años antes de Cristo, los nibiruanos utilizaron naves espaciales para enviar personas y bienes esenciales desde su planeta a la Tierra. Después de llegar a la superficie, los seres avanzados establecieron bases en la antigua Mesopotamia. En memoria de la metrópolis más grande de Nibiru, los Anunnaki construyeron Eridu, su primer lugar en la Tierra y el verdadero «Edén», argumentarían algunos. Con el fin de extraer el metal precioso, se establecieron minas de oro en el sur de África, donde encontraron abundante este mineral.
Debido a que el trabajo como minero no era propiedad de los maestros de Nibiru, los Anunnaki fueron enviados a hacer el trabajo por ellos. Tratados como una especie de esclavos, representaban el elemento trabajador de esta sociedad, aunque sus características físicas e intelectuales se consideraban imponentes incluso para nuestros estándares humanos modernos de hoy. Debido a sus características superiores, los Anunnaki pronto se rebelaron contra sus supervisores y exigieron que crearan un ser inferior para hacer este pequeño trabajo en su lugar.
Sus líderes consultaron y finalmente llegaron a la conclusión de que un ser menor era realmente necesario para este tipo de trabajo de explotación, por lo que crearon una nueva raza combinando sus propios genes con los de los primates más evolucionados que vivían en la Tierra en ese momento. Probablemente fue Australopithecus.
En un principio, Enki y Ninmah (dos de los líderes) diseñaron seres de formidable fuerza y tamaño que trabajaron para los Anunnaki en la Tierra, ayudándolos a extraer oro. Tan perfecto como suena, su creación tuvo un flujo importante: no podían reproducirse, por lo que los llamados «dioses» tenían que hacer más de ellos continuamente para mantener el proceso de extracción funcionando a la capacidad deseada.
Con el tiempo, Enki y Ninmah desarrollaron varios seres hasta lograr el objetivo deseado. Después de toda su lucha, los individuos que habían creado pudieron hablar, y lo más importante, pudieron producir sus propios hijos, de esta manera apareció la primera raza humana en forma de Homo Erectus. Cada vez que Nibiru dejaba la Tierra, una parte de los “dioses” volvía a su planeta de origen hasta que se completaba el ciclo de 3.600 años, periodo de tiempo que los sumerios llamaban Sar.
Mientras tanto, los Anunnaki permanecieron en la Tierra para ocuparse de las minas de oro y los llamados esclavos, que estaban dominados por sus «dioses». Debido a que los individuos habían sido creados a imagen y semejanza de los Anunnaki, prevalecieron algunas características en común y comenzaron a luchar por los deseos terrenales.
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Aprovechando la situación, los esclavos formaron una alianza y se rebelaron contra sus Maestros, como lo hicieron una vez los Anunnaki. Muchos de ellos lograron escapar de las minas y finalmente se establecieron como personas libres en otras partes de la Tierra, viviendo sus vidas como se describe en muchos textos antiguos: «como las Bestias Salvajes».
Después de que el ciclo de 3600 años se completó una vez más, los líderes Anunnaki regresaron a la Tierra y se disgustaron al ver que la situación estaba fuera de control. Condenaron a los Anunnaki a trabajar nuevamente en las minas. Durante su breve estadía en el planeta Tierra, los Maestros realizaron más experimentos para crear una raza de trabajadores más sofisticada. Hicieron el Homo Habilis y el Homo Erectus hasta que finalmente desarrollaron una raza capaz de pensar, hablar y reproducirse, y así crearon al Hombre también conocido como Homo Sapiens (Anunnaki – Mensajeros del Viento).
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