Antes que nosotros hubo más de 30 grandes civilizaciones avanzadas que colapsaron
Constantemente y, a lo largo de nuestras vidas, tanto en la escuela como en documentales y libros de historia varios, nos damos de bruces con algún tipo de civilización súper avanzada que en el momento más álgido de su historia, de repente desaparece de la faz de la Tierra sin dejar más rastro que algunas piezas arqueológicas que cuenten su larga historia.
Recientemente, un estudio financiado por la NASA, dio a conocer unos datos bastante interesantes al respecto; y es que, al igual que estas civilizaciones tan avanzadas de hace miles de años, la nuestra es tan susceptible a desaparecer como ellas.
Aunque ahora estés pensando en una civilización misteriosa de la que los libros de historia no tiene datos (que las hay) no hay que irse tan lejos para hacer esta comparación. En concreto, este estudio habla de una superpotencia de hace no hace más de 400 años, es la Francia del siglo XVIII. Esta cultura desarrolló una nueva era en letras, arte, política, métodos tácticos en la guerra que les ayudó a hacerse dueños de medio mundo y, de repente, desaparece. Al igual que pasó en su momento con el español o el inglés.
Los resultados son sorprendentes, ya que podemos encontrar este patrón en todas las civilizaciones anteriores y posteriores siempre con el mismo resultado.
Estas culturas se desarrollan a una velocidad sorprendente y no tardan en ganar ventaja con las otras que les rodean, pero es cuando llegan a su punto álgido, ese punto en el que todo elemento acaba llegando y lo siguiente que viene es la caída. Algunos se preguntarán, ¿cuál es ese punto? pues ni más ni menos que la economía masiva o, en otras palabras, tener tanto dinero que piensas que nunca se va a gastar.
Según afirman los expertos, tener vastos territorios en tierras lejanas en las que se tienen que delegar su gobierno, gastos de dinero incontrolables y, sobre todo, ciudadanos locales descontentos, llevan al gobierno central a un déficit presupuestario, contrayendo deudas aquí y allá y devaluando la moneda, al final, llega el caos.
Aunque el caso de la Francia victoriana, Inglaterra, España o la Italia de los estados independientes está bastante cerca en el tiempo, también podemos llevar la vista un poco más atrás en el tiempo como al antiguo Imperio Inca, al Azteca eran imperios bastante más prósperos años antes de que llegaran los españoles, es más, expertos comentan que estos imperios ya se encontraban casi en el final de su existencia ya que se tiene constancia de que eran muchísimo más grandes en un pasado remoto.
Se dice que los mayas estaban tan adelantados hace 3000 años que ya habían desarrollado el caucho cuando en Europa aún no sabían forjar el hierro ni extraer el oro de una manera más eficaz que sacrificando las vidas de sus trabajadores cada día.
Si nos vamos entre 3000 a 5000 años en el pasado, el antiguo Egipto, o los sumerios, fueron grandes civilizaciones que no necesitaron de un invasor externo para llegar al colapso de sus sociedades. Bien es sabido que el final de Egipto vino con Roma, pero hay que pensar que, si llegó con Roma, es porque ya estaba más que acabado.
Si ya nos remontamos a más de 10.000 años, aunque no haya constancia ni datos escritos, si bien es sabido que civilizaciones anteriores a la inca, olmeca y egipcia dominaban la Tierra y, misteriosamente, desaparecieron sin dejar más rastros que algunas pruebas arqueológicas o leyendas que pasaron a lo largo del tiempo de boca a boca hasta llegar a mitificarlas.
Es imposible pasar por alto este tipo de patrones y no mirar hacia adelante sin el temor de que ahora mismo, seguramente, estemos en el mismo proceso. Es el ciclo que se repite una y otra vez. Cuando existe una civilización avanzada, tiene muchas más posibilidades de desaparecer cuanto más grande sea y, no nos engañemos, la civilización occidental de hoy en día, cada vez más globalizada, es muy grande.
El matemático aplicado Safa Motesharri afirma que el proceso de ascenso y colapso es en realidad un ciclo recurrente que se encuentra a lo largo de toda la historia.
La caída del Imperio Romano y los Imperios Han, Mauryan y Gupta igualmente avanzados (si no más), así como muchos Imperios Mesopotámicos avanzados, son todos testigos del hecho de que las civilizaciones avanzadas, sofisticadas, complejas y creativas pueden ser frágiles y finitas.
Ahora bien, puntualiza que el adelanto tecnológico puede aumentar la eficiencia del uso de recursos, pero también aumenta el consumo de estos mismos per cápita. El panorama parece desolador y, realmente, nos dirigimos al abismo.