Los mayas son un pueblo misterioso que construyó su civilización en México mucho antes de la llegada de los aztecas. Dejó muchos libros y otras inscripciones. Los arqueólogos ahora pueden descifrar los documentos de la época y cada vez que se les revelan nuevos secretos.
Un descubrimiento importante para México
La ciudad de Cobá, una vez construida por los mayas en la península de Yucatán, ha atraído durante mucho tiempo la atención de los arqueólogos. Era una gran polis, llena de templos piramidales con adornos e inscripciones y comunicada por muchos caminos con otras polis.
Las huellas de la cultura aún no han podido destruir ni siquiera la agresiva jungla local, y los arqueólogos han luchado durante décadas para comprender la historia de la ciudad en sí y su lugar en la historia general de los mayas.
Hasta la fecha, han logrado reconstruir la dinastía de gobernantes de ciudades-estado. Estaba formado por catorce personas que estuvieron a cargo de la política desde aproximadamente el año 500 al 780 d. C. La dinastía fue fundada por un hombre llamado Junpik Tok, pero lo más sorprendente es que entre los gobernantes hay una mujer conocida como Lady Yopaat.
Para comprender por qué este descubrimiento es tan importante, es necesario comprender las culturas de las principales civilizaciones estadounidenses. En casi todos, las mujeres se encontraban en la misma condición de humillación que la mayoría de las ciudades de la antigua Grecia.
Parece que incluso las mujeres de las familias reales no fueron percibidas como algo tan especial. Aunque se sabe que las hermanas de los Grandes Incas son sus co-gobernantes, las damas tampoco gobernaban solas allí. Hasta ahora, solo se conocían tres gobernantes en el territorio de México.
Los arqueólogos casi han perdido esta oportunidad
La arqueóloga María José Con Uribe del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México señala que el establecimiento de gobernantes y la secuencia de su gobierno es importante para comprender las conexiones históricas de Cobá y otras ciudades y regiones.
Afortunadamente, muchas inscripciones dedicadas a estos gobernantes permanecieron en las ruinas de piedra de Koba (los libros mayas a menudo están tan dañados que es imposible buscarlos para decodificarlos).
Desafortunadamente, estas ruinas estaban en tal estado que los arqueólogos no se atrevieron a tocarlas durante mucho tiempo, para no destruirlas por completo. La tecnología moderna permitió estudiar las inscripciones con un mínimo contacto con las ruinas que estaban decoradas con letras.