La sorprendente historia de Carl Edon: El niño que recordaba su vida pasada como piloto nazi

La sorprendente historia de Carl Edon: El niño que recordaba su vida pasada como piloto nazi

Esta noticia está orientada principalmente a la reencarnación de Carl Edon. Se tiene la idea de que almas existen muchas durante varias vidas a lo largo de los siglos, este concepto se conoce como reencarnación. De hecho, ha sido parte de todas las culturas desde los inicios de la humanidad. 

¿Quién fue Carl Edon?

Carl Edon era un niño común, que a los 5 años le encantaba jugar. Pasaba horas dibujando sus libros y patrones. Una mañana, su madre llamada Val, notó algo muy peculiar en uno de sus pequeñas «obras de arte».

Era una imagen sorprendentemente precisa, nada similar a un garabato, pero aun así no se lograba entender qué significaba ese dibujo. Carl le explicó a su madre que esas extrañas formas eran correspondientes a sus insignias de la fuerza aérea. 

Pero antes de que el joven Carl pudiera describir de qué símbolo se trataba, su madre se quedó impactada, pues se trataba de una esvástica.

¿Se trataba del bombardero nazi?

Lo más sorprendente de toda esta historia, es que el cuento de un bombardero alemán estrellado tenía un gran significado de carácter especial para la gente de Middlesbrough. 

El 15 de enero del año 1942, específicamente después de un ataque nazi a barcos mercantes que se encontraban en el Mar del Norte. Un avión de la Luftwaffe, tuvo que hacer un aterrizaje forzoso a en las afueras de la ciudad, estrellándose específicamente contra el cable antiaéreo. Este cable cortó una de las alas y el avión se estrelló inmediatamente contra el suelo. 

Todos los equipos de supervivencia y rescate sacaron los tres cuerpos completamente carbonizados del vehículo. Según las fuentes oficiales se trataba de una tripulación de cuatro hombres, por lo que se estableció que el último cuerpo había sido incinerado de forma completa posteriormente al accidente. 

Comienzan los recuerdos del niño

Un 29 de diciembre de 1972, aproximadamente unos 30 años después, nació Carl Edon. 

Desde el momento en el que llegó Carl a sus vidas, su madre Val sintió que había algo completamente diferente en él. Una de las diferencias fue a nivel físico, tanto su hermano como su hermana eran de pelo muy oscuro con ojos marrones, mientras que Carl era de ojos azules y cabello rojizo. 

A los siete años de edad, en una ocasión se encontraba jugando con un amigo, llamado Michael. En ese momento, Carl le contó la historia de cómo había fallecido en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, su madre escuchó la conversación y le sorprendió increíblemente como su hijo describió su final y la hemorragia que había sufrido. De hecho, predijo que iba a fallecer al cumplir los 25 años.

Michael, su amigo, no paraba de reír. Sin embargo, Val estaba verdaderamente sorprendida. Pues, se trataba de un niño que describía toda una vida vivida pasada en otro lugar, en un momento y en un lugar completamente diferente de las calles de Middlesbrough.

Al parecer, las visiones que tenía Carl, le venían como si fueran proyectadas a través de un programa de televisión. De hecho, en un momento era un niño común que jugaba con sus juguetes en la habitación y al instante siguiente se trataba de una persona de 19 años viviendo en campamento.

Continuamente recordaba a sus compañeros de campaña, a los que les llamaba «camaradas» y recorría con su mente unos pequeños barracones dispuestos en filas, como si de una película bélica se tratara.

La terrorífica historia de su final

Sin duda alguna, la peor y más gráfica historia de todas las que le contó Carl a su madre, fue la de su trágico final. Según la descripción del niño, tenía 23 años y estaba sentado en la cabina del avión. No sabía cómo pero intuía que su final estaba muy cerca ya que veía como se precipitaba contra el suelo. Recordó, entre sollozos, como atravesó una de las ventanas de la cabina con el impacto y los cachos de vidrio por todas partes.

Lo más terrorífico de todo, según Val, fue escuchar a su hijo como le describía sus momentos finales desangrándose y con la pierna seccionada y que, en lo único que podía pensar en aquellos momentos, era en la chica de 19 años con la que quería casarse y que le estaba esperando en su pueblo de Alemania.

Un caso de estudio para psiquiatras

Años más tarde, ya cuando Carl era famoso por las diferentes entrevistas que dio a varios medios, el psiquiatra Dr. Ian Stevenson se interesó por el caso de Carl y lo invitó a su consulta en la Universidad de Virginia, donde, después de estudiar a fondo su caso y de mostrarle una enigmática marca de nacimiento en su pierna derecha, la misma que fue amputada en su vida pasada, llegó a la conclusión de que la única explicación plausible para el caso de Carl era que, efectivamente, el chico recordaba con pelos y señales el día que dejó este mundo en su vida pasada y que, por lo tanto, la reencarnación, sí era una opción.

Una vez que Carl tuvo 13 años, comenzó a perder los recuerdos de su vida pasada y con 17 años, tuvo la última entrevista con el Dr. Stevenson, quien quedó completamente decepcionado por sus nulos recuerdos aunque estaba contento con él, porque había podido rehacer su vida como un chico normal. Justo un año después nacería su primer hijo.

Comienzan a esclarecerse los hechos y Carl asciende a mito

En 1995, cuando Carl Edon contaba con 22 años, fue apuñalado hasta fallecer por un compañero suyo de trabajo en la British Rail. Después de esto comenzaron a salir a la luz los datos de toda esta historia y una sucesión de historias que dejaron boquiabiertos a toda la sociedad británica de la época.

Dos años después de perecer, en 1997, en la carretera de Tilbury, a pocos metros donde lo había ocurrido el trágico suceso, encontraron, sin querer, lo que parecían los restos de un bombardero Dornier alemán, perteneciente a la unidad Luftwaffe, que se había estrellado allí el 15 de enero de 1942. En concreto, y esto es lo sorprendente, se había estrellado contra un ferrocarril durante una batalla de la Segunda Guerra Mundial, tras ser alcanzado por un dispositivo antiaéreo, un cable.

Al parecer, cuando sucedió el accidente, se registró la recuperación de 3 de los 4 cuerpos que iban en la cabina. Los investigadores de la época coincidieron que, seguramente, el cuarto cuerpo hubiese sido incinerado por las llamas del mismo accidente, por lo que no siguieron buscando.

Lo sorprendente del asunto es que este cuarto cuerpo, había quedado sepultado debajo de la cúpula de lo que parecía ser la zona de artillero del avión, todo repleto de vidrios, tal y como Carl había descrito en sus sueños, pero eso no era todo, al esqueleto, efectivamente, le faltaba la pierna derecha que debió ser seccionada en el propio accidente.

Identifican al piloto alemán y… sorpresa

Cuando lograron identificar al piloto que faltaba dieron con su nombre y su ficha. Se llamaba Heinrich Richter y cuando llegaron a la fotografía de su ficha, a muchos se les heló la sangre y, más en concreto a los padres y mujer de Carl, cuando se la enseñaron.

Simplemente era él, no hay más discusión. Esos ojos y rostro afilado. La nariz, que no correspondía con la fisionomía de nadie de su familia, ¡ahí estaba!

Esta es la foto de ambos, juzgar vosotros mismos:

Esta historia de reencarnación, es una de las más sorprendentes jamás documentadas, por lo poco que pasó entre una vida y la otra, 53 años, pero lo singular del final de las mismas. Casi en el mismo sitio, como si de un elemento poético se tratara.

¿Llegaremos algún día a una explicación lógica de este asunto? No lo creemos, pero, mientras tanto, esperamos poder contaros muchas más historias como esta.

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